AHORA ... O NUNCA.

Así de tajante, de flexible, amorosa y contundente, todo al mismo tiempo, se nos muestra Artemisa en su impávido balancear entre diferentes posturas que la mantienen con vitalidad.

Se muestra esclarecedora de todo aquello que precisamos, porque sabe marcarse el objetivo, darle al centro de la diana, sabe lo que busca y  mayormente lo encuentra, se va lanzando hacia su presa. Su presa es su dedicación y sin esta dedicación, su vida no tendrá sentido.

Artemisa teje y desteje a lo largo de sus hazañas su propia vida de autodependencia y de autovaloración. Cada vez que se le importuna con comentarios que cuestionan su valía, su percepción y su instinto, no tiene ningún reparo en "mostrar sus dientes" tal y como fuera cualquiera de las presas que ella perseguía.  


No es la diosa más amorosa, ni  prentede serlo, ni pretende ser lo contrario.
No es la diosa más disciplinada a la mirada de los demás, ni pretende serlo ni todo lo contrario.
No es una dios cargada de bondades para complacer al prójimo, ni pretende serlo,.. ni todo lo contrario.
No está dispuesta a someterse al escrutinio de los demás,,, ni lo pretende ni todo lo contrario.
No está dispuesta a ser lo que los demás esperan de ella, ni lo pretende, ni todo lo contrario.
No está dispuesta a ser aceptada/admirada con la condición de ser la que más calla, mira al cielo y  otorga, ni lo pretende ni todo lo contrario. 


Se balancea entre los extremos del dar y del recibir, sabe como templar aquellos ánimos arrebatadores que la acechan, tanto internos como externos.  Por lo que sabe conjugar todas las fases de su vida, toda su evolución, sacar conclusiones, vivir en armonía (no siempre, porque para ello precisa un poco de caos,.. y para ello os remito a la diosa Eris)  y al fin y al cabo,  saber que arriesgó más, dijo lo que pensaba en coherencia con lo que sentía,.. y supo y sabe VIVIR.  


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- ¡¡Cuánto tiempo sin verte por aquí Diana!! 

- Pues sí. Lo cierto es que no encontré razón mejor para descansar y recargar mis baterías que marchándome un tiempo a mis no-quehaceres en la montaña. 

- Conste que se te echó de menos, por  momentos pensé que no ibas a regresar, ya sabemos todos en el pueblo que no estás atravesando tu mejor momento para disciplinarte en otra cosa.  

- No comprendo lo que quieres decir con lo de "disciplinarme"... 

- Sí, bueno tal vez no me he explicado lo mejor que sé

- Eso creo yo, que no te has explicado. 

- Diana, no te aturulles. Estoy tratando de decirte que en estos momentos en que te encuentras tan desmejorada y sin fuerzas por lo que te pasó con tu vecino, no es mejor momento para que te veas embuida en otra situación. Deberías...

- No comprendo, ¿y eso?  

- Dejémoslo estar, contigo se suceden los desencuentros;  aún cuando llevemos los demás el mejor ánimo en encontrarnos contigo.

- Ooooh,.. bienvenida a la señorita culpabilización, volteando situaciones. Y adiós, que no tengo tiempo para perder el tiempo. 

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<< Mi vida no puede ser vivida sin mí. Sin mi yo.  Si me dejo alienar por lo que me rodea ¿yo dónde quedo?. Matices a parte, creo que en la montaña, en pleno bosque, mi desdibujada figura está más que formada.  Desdibujada porque me siento tan libre y tan integrada a la vez con lo demás, que mi propia percepción de cuerpo físico, de mente, de dualidad,.. desaparecen; profundamente agradecida. Pertenezco a toda la red que maraña la grandeza de la energía. Allí soy, estoy  y me siento fuerte, y también veo mis limitaciones.  Las cuales trato de superar, y lo consigo. No siempre me sale bien, no siempre soy tan decidida. Pero soy la versión de yo misma, marcándome objetivos y metas; concentrada en el asidero de mi arco, mirando minuciosamente los pormenores, los detalles, pondero, fijando la tensión precisa y necesaria, tensando como cual fina cuerda de guitarra que vibra y hacer vibrar en completo compás de la caja resonante. Mi mirada puesta en aquello a lo aspiro a alcanzar, mi respiración me acompaña para no desfallecer, ni rápida ni lenta,..así armónica,.. solo respirar,.. solo respirar.  Y suelto,.. suelto el asidero, suelto aquello a lo que sujeto, destenso, dejo que la inercia de la vida, del universo, me lleve hacia el centro de la diana,  ¡¡zas, ..justo en el blanco!!. >>  


Rememorando esto, me doy cuenta de que esta fuerza está en mí. Si la siento de esta manera, por mucho que mal me pese estar en el pueblo y sus "circunstancias",... me puedo mover por acá o por allá, tal cual de la misma manera. El entorno me influye, a no ser que yo cambie mi manera de percibir y de vivir. No tengo necesidad de estar aquí, nada ni nadie me ata más que mi necesidad de permanecer inmóvil en esta "zona de confort y de seguridad", que de seguridad y de confortable la verdad es que tiene más bien poquito

Se trata de un nuevo paradigma, de dar un vuelco a la forma de verme a mí y lo  que me rodea. Si en el bosque puedo hacer la integración cuántica,... allí en donde yo me halle, pues también.  Y si no, siempre tengo oportunidad de buscar y encontrar mi bosque particular.  


¡¡Posibilidades: todas!!


¡¡Que para ello soy una diosa!!




Texto de:  Luisa Blanca