Sabedora de cuál es su fuerza, su mayor virtud reside en que es totalmente consciente de dónde se puede abastecer de ésta. Es la fuerza vital la que mueve todo su Ser, (conocida también como de donde mana toda vida, pulsión vital u orgón, prana, Akasha, Amor, quinto elemento, quintaesencia que es energía absoluta y primaria), y la obtiene a través de la danza armoniosa de su cuerpo físico, sensual, adorándose en su encuentro con la sexualidad.
Para averiguarlo, hay que estar desprovista de aquellos temores que nos infundaron sobre le necesidad de controlar hasta tal grado nuestras intenciones para con nosotras mismas que nos hemos olvidado de que la belleza, nuestra magia y el amor que nos profesamos, están reducidos a una cuestión menor a tratar en la rutina diaria, absorbida por los compromisos y por lo que se supone que los demás están esperando de nosotras.
Y de ti y sólo para ti ¿cuándo? ¿dónde? ¿para qué?
La belleza es un acto de amor, de bondad y de felicidad por su propia naturaleza. Es la conexión con lo divino que hay en el Todo, con lo que transmite, con lo que quiere ser manifestado.
Y también a la vez, a Freya se la asocia con las batallas y con la muerte.
¡Sé bienvenida guerrera del amor!
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"Amarse a sí mismo, es el comienzo de un idilio que durará toda la vida". Oscar Wilde
Me dispongo a establecer un ritmo pausado con cierta flexibilidad, cual gato que enseña a mí y a mi linaje que el cuerpo es mucho más sutil y ligero que cuando otros me quisieron adornar con palabras que volatilizaban en el espacio, que quedaban suspendidas en el aire y que yo sabía captar a través de mis pabellones auditivos como excelentes radares bien sintonizados. A veces activa, otras veces receptiva, otras disimulada y otras pues ni fu ni fa.
¡Oh! qué dulce resonar para mis oídos, aquello que yo quería escuchar me estaba siendo regalado, es maravilloso, cuántas veces pedí aquello, ...
Bien, ya estoy ensoñando de nuevo, los dos gatos se me quedan mirando fijamente porque ese no era el plan; el plan era estar bailando para mí, soltándome, y que yo misma me pudiera estar diciendo esto a través de la danza de la vida.
En la sala aquella espaciada, estaba colocándome mi atractiva ropa, a la par que discreta, no enseñar de más, para mí no lo necesito y con mi mejor sonrisa, estuve deleitándome en este ritual, un poco de agua de perfume, aceite esencial que recorre mi piel sintiendo su recorrido y queda plasmada en un ligero surco que se puede entrever visto al trasvés y con paciencia infinita y sin parar de estar haciendo, me miro el espejo y comienzo el masaje por mi cara, pudiendo observar cómo se deslizan las yemas de mis dedos como pianista que mece las manos por el teclado para finalmente disponerse a dejar llevar por su natural impulso y tocar cual sentimiento que se entremezcla en lo propio y en lo ajeno, en la calidez interna y en la calidad del que le escucha. Sublime.
¡Más matices! Coloco en mis labios una linda cereza muy roja que llevo arrastrando con cuidado por los mordedores sublimes y coloco en mi interior, sintiendo ese dulce toque con el paladar, que juguetea y rueda con la precisión de una bola de billar que sabe segura que se dirige hacia allí donde se ha propuesto, por un impulso ajeno, pero a la vez tan poderosa,... esa fuerza.
¡Mmmm! Ahora sigo con la danza en mi cuerpo, que ligeramente se mueve como susurro en el despeje de este movimiento seductor conmigo misma, ensimismada estoy cayendo rendida ante mí, mis manos comienzan a moverse con la erótica de la música que me transporta a lugares lejanos y cercanos en mí.
¡Wow!, sigo bailando con mis ojos ahora cerrados, danzando rico,, rico.
Sigo, sigo y me desenvuelvo, me separo del espejo, mi cuerpo totalmente en conexión con la vida, conmigo, soy imparable y esto me pertenece, es mi tesoro, en el que algunos me hacen recuperar y sacar el brillo a la luz,.. y ahora soy yo la propia que lo hace,...estoy brillando, estoy verdaderamente iluminada y la música sigue con su marcha y sigo en concordancia con la mía.
Aunque sepa que puedo tropezar y caer, los gatos me guían con sus maullidos, ya que están exaltados al verme así de esa manera tan dinámica y tan poseída por la verdadera sensualidad del cosmos..
¡Danzad!, danzad queridos míos, siento que puedo llevarme así, y está genial, porque el equilibrio está en mí.
Esto lo tengo que hacer más a menudo,.. la música se va parando y yo también estoy entrando en resonancia con aquello que me sublima hasta hacerme entrar en un sinsentido, escuchando mi cuerpo, toda mi parte femenina activada, mi fuerza también cual guerrera del amor, mis manos se llenan de toques de mi piel y en agradecimiento mis pies me transportan hasta hacerme un lugar más recogido en que me obligo a aquietarme ahora para permanecer con mis sentidos más receptivos, volcada en mi misma. es la magia de la existencia. Y así permanezco, después de haber entrado en el éxtasis de fuerzas, movimientos, olores, colores, sentires y más potencialidades antes más ocultas o negadas a mí misma.
¿Por qué de aquellos temores anteriores? ¿Qué me bloqueaba así?
¡Uf!
¡Libre!
¡Huy! En este instante siento que mi mente no tomará poder, dejo pasar mis pensamientos, me encierro de nuevo en la permanencia de lo imparmente y podré retomarlo cuando yo desee,.. porque está disponible siempre para mí
Siempre para todas nosotras.
¡¡Ay, gracias Freya!!
Texto: Luisa Blanca
“En el baile, el cuerpo de la mujer se convierte en el eje central que une al cielo y la tierra. De esa unión nace la creación. Como en todos los verdaderos ritos, el movimiento del cuerpo surge de su centro arquetípico. El cuerpo deja de bailar y se deja llevar”. Marion Woodman
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